viernes, mayo 08, 2015

Romance del caballero


- Caballero, caballero,
¿de dónde ha venido usted?

- De la guerra, señorita,
¿qué se le puede ofrecer?

- Si ha visto usted a mi marido
en la guerra alguna vez.

- No, señora, no lo he visto
ni sé las señas de él.

- Mi marido es alto y rubio,
alto y rubio, aragonés,

y en la punta de la lanza
lleva un pañuelo bordés *.

De pequeña lo bordaba,
de pequeña lo bordé.

Uno que le estoy bordando
y otro que le bordaré.

- Por las señas que me ha dado,
su marido muerto es.

En Valencia lo mataron
en casa de un genovés.

Sobre el juego de los dados
lo matara un milanés,

y a mí me ha dejado dicho
que me case con usted.

- Siete años llevo esperando
y otros siete esperaré.

Si a los catorce no vuelve,
a monja me meteré.

- ¡Por Dios, calla, Isabelita,
no llores más, Isabel,

que soy tu esposo querido,
y tú mi cara mujer!

Anónimo

La Ronda de Boltaña

Joaquín Díaz